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El significado que el incienso ha tenido en la historia de las diferentes culturas del mundo es muy amplio. Los usos del incienso tienen sus raíces en la antigüedad. No pasó mucho tiempo después del descubrimiento del fuego para que el hombre se diera cuenta de que cada tipo de madera ardía de manera diferente y desprendía diferentes aromas y olores.
Antes de llegar al significado que el incienso ha tenido para el hombre en los ritos religiosos, en los esotéricos, los meditativos y en la medicina, es necesario explicar exactamente qué son los inciensos.
El incienso es una resina secreta de una familia de plantas típicas de la península arábiga, del África Oriental y de la India: las Boswellia. Se trata de una familia de arbustos que exudan una resina - gomorresina para ser precisos - que si se seca, se deja cristalizar y se quema, emana intensos aromas además de tener diversas propiedades como las antisépticas.
De la existencia del incienso en la antigüedad estamos seguros ya que se menciona de manera recurrente en textos sagrados e históricos. Se habla de incienso en el Antiguo Testamento, en la Mahabharata, en los papiros del antiguo Egipto y en la Torá judía.
En la antigüedad, el incienso fue un producto a menudo utilizado en la esfera sacra y litúrgica, que ha marcado el declive y la ascensión de pueblos y comunidades al ser uno de los bienes más comercializados en la historia del hombre.
El significado que los inciensos han tenido en el ámbito litúrgico es variado. En primer lugar, el incienso se utilizaba en tiempos antiguos como gesto de benevolencia hacia los dioses, con la creencia de que a estos les agradaba el perfume vegetal característico de estas resinas. “La elevación de la nube de incienso se convierte en símbolo de la oración que se eleva hasta Dios” (Salmo 140, 2; Apocalipsis de Juan 8, 3-5 | Fuente: Wikipedia).
En la Iglesia el incienso siempre ha sido utilizado. Se sabe que para la religión católica la oración debe involucrar varios sentidos de nuestro cuerpo simultáneamente: el significado religioso del incienso es involucrar nuestro sentido del olfato durante el rito de la celebración de la misa.
El incienso en la Iglesia también se adoptaba con fines menos espirituales. Entre las características del incienso una de las más importantes es la propiedad antiséptica. De hecho, los inciensos también se usaban para hacer saludables las iglesias, destinos en la antigüedad de peregrinos y viajeros que además de una fe desmedida llevaban consigo olores e higiene precaria.
Piensa en el Botafumeiro de la catedral de Santiago de Compostela, en Galicia, España. Un enorme incensario - más de un metro de altura - que se balanceaba a través de la nave central de la catedral inundando toda la estructura con un espeso humo perfumado que tenía la tarea de disfrazar el olor de los peregrinos y desinfectar el aire.
Como hemos visto, además del significado religioso, el incienso en la Iglesia cristiana se utilizaba por sus propiedades antisépticas. En los países árabes, sin embargo, el incienso se utilizaba para fumigaciones e inhalaciones con el propósito de despejar la mucosidad en el sistema respiratorio y como expectorante. En la medicina Ayurvédica, las sustancias contenidas en el incienso ayudan a rebalancear el exceso del dosha Pitta (Fuego). De hecho, tiene propiedades refrescantes y nutritivas para tendones, ligamentos y articulaciones corporales. También para el dosha Pitta, el incienso se utiliza para restablecer el correcto funcionamiento de la mucosa intestinal.
Algunas propiedades del incienso a las que la medicina occidental y oriental ha recurrido son: antiinflamatorias, antibacterianas, antivirales, repelentes de insectos y calmantes.
La asociación entre incienso y meditación es natural, ya que los inciensos suelen ser adoptados en prácticas meditativas. En la India, durante la práctica del yoga, se cree que el incienso favorece el trabajo en los chakras. Según la filosofía india, cada chakra puede ser activado o estimulado por diferentes aromas, por lo tanto, cada fragancia puede trabajar en un chakra específico durante la meditación y la práctica yogui.
Además, el incienso se adopta para facilitar el estado meditativo y la concentración. La ciencia ha demostrado cómo la percepción de un aroma específico activa áreas específicas de nuestro cerebro. Los impulsos se envían a lo que se llaman áreas arcaicas de la corteza cerebral. Esto permite consolidar la asociación entre incienso y meditación al punto de que al solo olerlo, nuestra mente y cuerpo se predisponen a la práctica meditativa.
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