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La historia del té, sus orígenes, cómo en más de 4500 años se ha convertido en la segunda bebida más consumida en el mundo y cuántas variedades de esta infusión de camellia sinensis existen, siempre nos ha fascinado. Durante mucho tiempo hemos querido escribir un artículo de investigación sobre los orígenes del té y cómo se ha ido difundiendo gradualmente en Occidente. No solo porque el té es una de nuestras mayores pasiones que se ha convertido en nuestro trabajo (si aún no lo conoces, descubre nuestra tienda de té en línea con más de 600 productos diferentes), sino también porque con frecuencia nos hemos encontrado en foros y discusiones en línea donde muchos buscan información sobre el origen del té, dónde se comenzó a utilizar y hasta preguntan "quién inventó el té". Sin embargo, en la mayoría de los casos, las respuestas eran incorrectas. ¡Así que aclaremos un poco las cosas!
La historia y los orígenes del té tienen raíces muy antiguas. La patria del té es, de hecho, China y los primeros usos de esta planta se remontan a aproximadamente 2500 años a.C.
Al principio, la planta no se utilizaba con fines recreativos, sino con fines medicinales: las hojas se trituraban, se molían y se consumían. De hecho, el té tenía principalmente propiedades antimicrobianas y antibióticas, razón por la cual las antiguas poblaciones del sur de China lo utilizaban. Y es precisamente aquí donde nace el té, en el sur de China: la región que hoy conocemos como Yunnan, es uno de los focos desde donde el té comienza a expandirse hacia el norte de China a través de la emigración de los chinos del sur hacia el norte, ¡la patria del té chino!
Por mucho tiempo, el uso del té y su cultivo permanecieron exclusivamente en manos de la población china, que comenzó a dedicarse a las Artes y Oficios en torno a esta planta; por ejemplo, la creación de teteras de porcelana, tazas y toda una serie de productos artesanales eran de exclusiva propiedad de los chinos (algunas reproducciones están a la venta en nuestra tienda en línea: visita la sección de teteras y juegos de té). Estas creaciones también se realizaban para complacer al emperador; de hecho, eran los emperadores quienes, al fomentar mucho el uso y consumo de las hojas de té, poseían las hojas y cosechas más preciadas, que eran enviadas directamente a la corte imperial.
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Por mucho tiempo, hasta los años 800-900 d.C., el té se consumía solo en China. Solo con la llegada de los monjes budistas de la India, el té comenzó a expandirse. Las peregrinaciones de los monjes budistas que llegaron a China les dieron la oportunidad de conocer esta planta y quedar fascinados por sus propiedades. En particular, el té ayudaba a los monjes a mantenerse despiertos durante las largas meditaciones.
Solo a partir del año 1000, las hojas y semillas de la planta fueron llevadas a Japón, convirtiéndolo en el segundo país productor de té, así como famoso en el mundo por la rica variedad y alta calidad de los tés japoneses.
Ahora hagamos un salto temporal y lleguemos al siglo XVII, cuando por primera vez los comerciantes occidentales llegan a China: los primeros son los portugueses, seguidos luego por los españoles y posteriormente por los ingleses. Gracias a ellos y a sus primeros contactos con Asia, el té comenzó a expandirse gradualmente también en Europa.
La difusión del té en Occidente - y de las diferentes variedades de té - se produjo, sobre todo, gracias a la pasión que los ingleses comenzaron a tener por esta preciada bebida; de hecho, las cortes nobiliarias inglesas se volvieron locas por esta planta y comenzaron a demandarla cada vez más, hasta que surgió un verdadero mercado comercial de la planta de té. Así, la planta era cultivada en China, transportada en los barcos de los comerciantes portugueses, españoles e ingleses y llevada, durante un largo viaje, a Europa. La bebida se convirtió en parte de diversas tradiciones y adoptó diferentes nombres en diferentes idiomas: ¡descúbrelo más en nuestro artículo de blog donde hablamos de las diferentes formas de escribir la palabra té!
Esta situación comercial continuó durante mucho tiempo y la demanda de té en Inglaterra creció cada vez más, hasta que cansada de comprar té de China, optó por un truco. Todo esto sucedió gracias a la fascinante historia de un botánico espía, Robert Fortune, que fue enviado a China para "robar" las plantas de té y llevarlas a India.
India en ese momento, es decir, en el siglo XIX, era una colonia británica y Robert Fortune después de mucho tiempo logró robar las plantas de té y llevarlas a su destino. Fue allí donde se iniciaron las primeras plantaciones en las laderas del Himalaya, en la región de Darjeeling: hoy en día, una región muy famosa por la calidad de sus tés (echa un vistazo a todos nuestros tés Darjeeling raros).
Gracias a estos pequeños grandes eventos en la historia y los orígenes del té, hoy es una de las bebidas más consumidas en el mundo y se dice que es la segunda bebida más consumida después del agua.
En origen, el té no se preparaba como lo hacemos hoy infusionando las hojas secas. En cambio, las hojas se pulverizaban y se les añadían especias de diferentes tipos - especialmente de las poblaciones no chinas, como por ejemplo los mongoles que añadían pimienta y mantequilla. Durante mucho tiempo, por lo tanto, el té se bebía en polvo, y así es como ha permanecido en Japón hoy en día, como ya hemos escrito en la publicación sobre la preparación del matcha japonés.
Aquí concluye nuestro viaje desde los orígenes del té hasta hoy. Un viaje que ha durado más de 4500 años y que esperamos te haya apasionado y permitido aumentar tu conocimiento sobre el mundo del té.
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