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Una de las primeras plantas en florecer en primavera es sin duda la caléndula. Es fácil ver campos cubiertos de flores naranjas que se abren por la mañana y se cierran por la noche. Seguramente se te habrá ocurrido recoger estas maravillosas flores y hacer un delicioso té o el famoso oleolito de caléndula. En este artículo te revelamos nuestras recetas para que puedas prepararlos tranquilamente en tu casa.
La caléndula es una planta que se desarrolla en toda la cuenca del Mediterráneo, fácilmente reconocible por sus flores de color naranja. Hay muchas variedades de caléndula, la que encontramos de forma espontánea en los campos es la Caléndula arvensis. La parte que utilizaremos serán las flores que crecen a principios de cada mes (de ahí la derivación del nombre calendae).
Gracias al excelente poder conservante del aceite, podremos utilizar nuestra preparación durante al menos 2 o 3 años.
El oleolito de caléndula es un remedio versátil que te será útil en diversas ocasiones, por lo que recomendamos a todos tener un poco en casa. Podrás tratar quemaduras, eczemas, irritaciones de varios tipos con este oleolito milagroso. También funcionará muy bien como simple hidratante y nutritivo para tu piel, ¡además de ser un excelente y fragante aftersun!
Con las flores secas de caléndula también podemos hacer excelentes tés que tendrán propiedades digestivas y calmantes. Excelentes para quienes sufren de reflujo, inflamación intestinal, acidez estomacal.
Será suficiente utilizar aproximadamente 5-6 g de flores secas en agua a 100°C durante 10 minutos de infusión. Filtrar y luego beber.
Las flores de caléndula cuentan con propiedades antiinflamatorias, antisépticas, emolientes y calmantes.