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La fatiga suprarrenal, agotamiento suprarrenal, a menudo también conocida como insuficiencia suprarrenal o hipoadrenia es una condición común en muchas personas, causada por diversos factores, como el estrés físico y psicológico y un mal estilo de vida, que llevan al agotamiento de las glándulas suprarrenales, las cuales producirán alternativamente demasiadas o muy pocas hormonas, causando un desequilibrio en sus niveles. El término fue acuñado por el Dr. James Wilson, un naturópata que identificó cómo las condiciones de estrés crónico llevan a las suprarrenales a segregar niveles inconsistentes de las hormonas cortisol y dehidroepiandrosterona, causando varios problemas en el organismo.
El agotamiento de las glándulas suprarrenales afecta a la mayoría de las personas sin que se den cuenta, ya que los síntomas asociados con la condición pueden ser confundidos como manifestaciones de otras enfermedades. En los últimos años, sin embargo, estudios sobre la importancia de las glándulas suprarrenales y su papel en la secreción de hormonas, han destacado lo fundamental que es cuidar de ellas, y cuántos de los trastornos, la fatiga y el estrés físico experimentados por la mayoría de las personas están relacionados con el agotamiento suprarrenal.
El agotamiento suprarrenal no es una condición grave, pero puede causar malestar y dificultades para enfrentar con serenidad los días, lo que lleva a enfermedades más graves debido a una disminución de la resistencia del cuerpo debido a los factores estresantes psicológicos y físicos. Sin embargo, existen varios consejos y remedios que ayudan a restablecer el equilibrio de las glándulas suprarrenales y a restaurar la secreción de los niveles adecuados de hormonas, desde la alimentación, los suplementos, hierbas y plantas adaptógenas que apoyan al organismo en estados de estrés.
Las suprarrenales son dos pequeñas glándulas de forma triangular y del tamaño de una nuez, parte del sistema endocrino. Están situadas cada una sobre un riñón, y tienen la función de secretar varias hormonas (alrededor de 50) fundamentales para el equilibrio y la salud del organismo y para el desempeño de diversas funciones fisiológicas. La secreción por parte de las glándulas suprarrenales es endocrina, es decir, las hormonas secretadas se introducen directamente en el torrente sanguíneo. Entre las hormonas secretadas por las glándulas suprarrenales encontramos:
Las glándulas suprarrenales trabajan junto con el hipotálamo y la hipófisis, con los cuales crean un eje llamado HPA (hipotálamo-hipófisis-glándulas suprarrenales) que tiene un papel fundamental en los mecanismos de respuesta al estrés. La principal función de las glándulas suprarrenales es, como se ha dicho, secretar hormonas funcionales para el equilibrio del organismo. Por lo tanto, las suprarrenales garantizan un soporte hormonal esencial para llevar a cabo nuestras actividades diarias con energía, entusiasmo y eficiencia, para reaccionar a las situaciones de la vida diaria de manera saludable y flexible.
La secreción de cortisol, la hormona del estrés, es particularmente importante. Cuando el cuerpo percibe una amenaza, ya sea física, psicológica o química, las glándulas suprarrenales liberan cortisol y adrenalina en el cuerpo en respuesta; estas hormonas llevan a un equilibrio en el cuerpo al ralentizar otras funciones no esenciales para la supervivencia en ese momento particular (por ejemplo, la digestión): las suprarrenales son esenciales para regular la respuesta al estrés crónico y agudo.
También la secreción de hormonas sexuales es una función muy importante de las suprarrenales, especialmente en situaciones como la menopausia, donde los ovarios producen cada vez menos estrógenos y progesterona, las suprarrenales pueden compensar esta deficiencia y restablecer el equilibrio: hemos hablado más sobre esto en el artículo sobre remedios naturales para la menopausia. Las glándulas suprarrenales también tienen diversas otras funciones: regulan el equilibrio hidroelectrolítico, tienen una función catabólica, termorreguladora y antiinflamatoria.
Sin embargo, la función más importante de las glándulas suprarrenales sigue siendo la síntesis de las hormonas del estrés, que se ve afectada por los ritmos de vida modernos, que colocan a las personas en estados de estrés constante que afectan la liberación adecuada de hormonas.
Un correcto funcionamiento de las glándulas suprarrenales garantiza energía, entusiasmo y buen humor. Situaciones de estrés constante causan una excesiva producción de hormonas del estrés, como adrenalina y cortisol, lo que lleva a un agotamiento de las glándulas suprarrenales, afectando la sensación de fatiga, la resistencia del sistema inmunológico a virus y enfermedades, y causando diversos síntomas que son un aviso de alerta sobre la condición de estas glándulas. Los altos niveles de cortisol afectan otras funciones del cuerpo, que sufren el esfuerzo de las mismas. La excesiva producción de cortisol agota las glándulas suprarrenales hasta el punto de que en la última etapa de la fatiga suprarrenal se registran niveles insuficientes de cortisol, y por lo tanto una respuesta inadecuada al estrés, debido a que las glándulas ya no pueden producir las hormonas necesarias para estar alerta y presentes. Por lo tanto, se produce en el organismo una situación de estrés crónico y una fatiga continua, con dificultades para concentrarse, conciliar el sueño y la imposibilidad de tener un sueño reparador.
Esta condición también aumenta el riesgo de alergias, infecciones, así como enfermedades autoinmunes y de la tiroides, además de trastornos intestinales e intolerancias alimentarias. Muchas personas sufren esta condición, especialmente en los momentos más estresantes de sus vidas. Sin embargo, cuando el estrés se vuelve crónico, las glándulas se agotan y dificultan que el cuerpo reaccione y se recupere del propio estrés.
Las causas de la fatiga suprarrenal son principalmente atribuibles al estrés diario y constante que muchas personas experimentan. En particular, episodios de estrés destacados y con efectos prolongados en el tiempo, como un dolor repentino, un trauma emocional, una cirugía, pueden provocar un desequilibrio en la liberación de cortisol.
Existen diferentes tipos de estrés a los que el cuerpo puede estar expuesto, todos percibidos de la misma manera y que estimulan una respuesta del organismo en forma de producción de cortisol y adrenalina:
Estrés químico y ambiental: atribuible a los factores químicos y ambientales a los que estamos expuestos; el agua que bebemos, el aire que respiramos, la contaminación, el smog, los alimentos procesados y no orgánicos, la ropa sintética, los cosméticos, los detergentes, todos constituyen factores estresantes para el organismo;
Estrés biológico: exposición a virus y bacterias, que llevan a enfermedades que hacen que el organismo sea menos resistente;
Estrés físico: es el más común y está causado por un estilo de vida frenético, ejercicio físico excesivo, trabajo o estudio, temperaturas externas, falta de sol y humedad, alergias, pero también por una mala alimentación.
Estrés psicológico: como miedo, preocupaciones, depresión, responsabilidades, traumas emocionales, ansiedad y tristeza, situaciones constantes de estrés mental, apatía;
Estrés espiritual: atribuido a una situación de incertidumbre e ignorancia sobre nuestro propósito, nuestro papel en el mundo, una desconexión de la tierra.
Como hemos mencionado, los síntomas que deberían hacer pensar en un agotamiento de las glándulas suprarrenales, o "fatiga adrenal", son múltiples y diversos, a menudo asociados con otras patologías o confundidos con ellas. El diagnóstico de la fatiga suprarrenal debe ser realizado por un médico, quien puede realizar una prueba de cortisol, con la cual se registra la cantidad de cortisol en la saliva.
Entre los principales síntomas de la fatiga suprarrenal, que indican un mal funcionamiento de las glándulas, se encuentran:
Preferir alimentos orgánicos para reducir el estrés de los pesticidas y fertilizantes.
Además de una dieta equilibrada, la ingesta de suplementos puede ser un apoyo valioso para las glándulas suprarrenales. En particular, se recomiendan suplementos de:
Magnesio, ya que con el aumento del cortisol hay una pérdida de magnesio;
Vitamina B, cuya disminución está asociada al estrés de la corteza suprarrenal;
Vitamina C, con efecto antioxidante;
Vitamina D, que regula la homeostasis del magnesio y fósforo y apoya los huesos;
Aceite esencial de romero que mejora la concentración y reduce el cortisol;
Aceite esencial de lavanda con efecto relajante;
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Las hierbas adaptógenas son tesoros muy valiosos de la botánica, que ayudan a devolver el equilibrio al organismo, adaptándose al estrés. Trabajan aumentando la resistencia del cuerpo a los diferentes factores estresantes que lo afectan, incluidos los factores estresantes físicos, emocionales, químicos y espirituales.
Los adaptógenos son un apoyo fundamental contra las enfermedades agudas y crónicas, ya que normalizan la cadena endocrina e inmunológica, y operan de manera diferente según la persona, yendo a regular los equilibrios del organismo según lo que este necesite más: por eso son un gran apoyo para las glándulas suprarrenales, apoyándolas contra situaciones de estrés y ayudando a normalizarlas, mejorando su función. Veamos los adaptógenos más indicados en casos de fatiga suprarrenal.
La Rhodiola rosea es una hierba adaptógena, utilizada en la medicina tradicional como protector del cerebro y para mejorar la circulación sanguínea. Como adaptógeno, es capaz de reducir los niveles de cortisol, modulando los niveles de estrés en el organismo. La rhodiola proporciona energía, apoya en estados depresivos y mejora el rendimiento mental, eliminando la fatiga y previniendo enfermedades debido al estrés ambiental, en particular aquellas debidas al clima muy frío y muy húmedo. Por eso es ideal para consumir en invierno, en una infusión que puede prepararse con la rhodiola en corte tisana. La infusión de rhodiola es una bebida antioxidante, antidepresiva, antiestrés, y previene la fatiga suprarrenal, y puede prepararse con la raíz de rhodiola secada.
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La ashwagandha en polvo es un adaptógeno derivado de una raíz, muy apreciado en la medicina ayurvédica por ser considerado una hierba Rasayana, una categoría de hierbas medicinales utilizadas para diversos trastornos. La ashwagandha promueve la juventud y la longevidad; estudios científicos han demostrado cómo esta planta adaptógena es capaz de aumentar la fertilidad masculina, apoyar la fatiga muscular después del ejercicio, mejorar la salud del corazón. La ashwagandha también posee propiedades antivirales, antimicrobianas y antifúngicas, ayuda a dormir y es un buen antiinflamatorio además de ser un apoyo válido para el sistema inmunológico. Puede ser consumida en smoothies, batidos y panqueques, si se utiliza ashwagandha en polvo.
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El tulsi, basilico sacro, santo o holy basil es una hierba calmante, nootrópica, con un efecto relajante sobre el estrés físico y psicológico. Numerosos estudios han revelado sus notables propiedades antidepresivas, antiinflamatorias, antieestrés y analgésicas. El tulsi aumenta las funciones cognitivas y se considera un remedio natural para la ansiedad, para el estrés de las glándulas suprarrenales y para estimular el sistema nervioso, ya que es un adaptógeno, tónico y vigorizante. Se encuentra en el mercado en forma de té cortado: puedes comprar en Terza Luna el tulsi seco para tus infusiones.
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La regaliz es considerada un cortisonoide, es decir, tiene un efecto similar al de la cortisona en la sangre. Al consumir regaliz, el cuerpo produce menos cortisona y más adrenalina y hormonas sexuales, contribuyendo a la normalización de las glándulas suprarrenales y reduciendo la fatiga. Esta propiedad hace que el regaliz sea un importante adaptógeno, además de ser un antiviral, antiinflamatorio y antialérgico. Muchos son reacios a consumir regaliz, temiendo los efectos sobre la presión arterial: en realidad, no tiene la capacidad de aumentar la presión, sino de causar vasoconstricción e hipocalcemia en el cuerpo. El regaliz se puede consumir en forma de palitos o en infusión, para beber en lugar del café. En Terza Luna puedes comprar los palitos de regaliz o la raíz de regaliz en corte para preparar en infusión.
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El ginseng se considera un modulador del cortisol, producido por las glándulas suprarrenales en respuesta al estrés, ya que es un adaptógeno capaz de mejorar la secreción de las glándulas suprarrenales y prevenir su fatiga, aumentando la resistencia del organismo al estrés y mejorando la concentración y las funciones cerebrales. En la herboristería tradicional, el ginseng se considera un tónico general, útil para combatir la fatiga y recuperar las energías vitales. También es un inmunomodulador y un activador de la actividad mental y sexual, ya que aumenta la testosterona. Por esta razón, debe ser consumido con moderación por las mujeres. El ginseng se puede tomar de varias formas: la tintura madre de ginseng se puede tomar 2 veces al día, 30-40 gotas en ayunas o añadidas a batidos y zumos.
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El eleuterococo es una planta adaptógena con importantes propiedades sobre las glándulas suprarrenales: estudios demuestran cómo esta planta aumenta su tamaño, disminuyendo el contenido de colesterol intraglandular. El eleuterococo es especialmente recomendado para las mujeres. En la medicina china se considera un tónico de la energía vital y del bazo, que desempeña un papel central en la medicina occidental. Además de las propiedades adaptógenas del eleuterococo, también encontramos propiedades antiinflamatorias: es excelente para construir la resistencia a los virus y es un potenciador del sistema inmunológico. En Terza Luna, encontrarás el eleuterococo en polvo, para consumir de diversas formas, en batidos, smoothies o mezclas.
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Muchos nos preguntan cómo es posible integrar las hierbas adaptógenas en su dieta, ya que a veces se trata de plantas inusuales, cuyos sabores no todos saben combinar de la mejor manera para hacerlos sabrosos, además de beneficiosos. Les proponemos dos recetas con adaptógenos para experimentar con estas plantas y hacer sus comidas más sabrosas y beneficiosas.
Mezclar todo junto hasta obtener la consistencia de un batido y decorar con frutos rojos como arándanos o frambuesas. La consistencia será muy densa, por lo que se puede comer con una cuchara como un postre para el desayuno o la merienda. Para aumentar el efecto en la lucha contra la fatiga de las glándulas suprarrenales, se pueden agregar al batido 20 gotas de tintura madre de ginseng.
Los adaptógenos, al igual que muchas otras plantas y hierbas aromáticas, se pueden utilizar para hacer un vinagre aromatizado. Para prepararlo necesitarás:
Colocar las hierbas en un frasco de vidrio, cubrir con vinagre de manzana y dejar macerar durante un mes. Después de transcurrido un mes, filtrar y guardar en el mismo frasco o en una botella. Este vinagre aromatizado es excelente para apoyar las glándulas suprarrenales y se puede consumir puro por la mañana, diluido en un vaso de agua, o utilizado para condimentar y dar sabor a platos como ensaladas y carnes.